¿Cómo se prepara una sangría?

Con el verano una de las bebidas más reconocidas a nivel mundial hace su aparición: La sangría.

La dieta mediterránea es uno de los símbolos de España. Platos como la tortilla de patatas, el cocido o la paella valenciana son reconocidos en todos lugares, al igual que la sangría. La sangría es una bebida alcohólica cuya base es el vino, que se sirve bien fría, con frutas, canela y azúcar. Pero como todo evoluciona, la sangría se ha ido adaptando a los gustos de los consumidores de diferentes culturas.

Así que, ¿cómo se hace una buena sangría?

 

Posiblemente, seguir la receta de la sangría tradicional sea la versión más fácil de todas; y es la que nosotros, con nuestros vinos de la Baronía de Turís, utilizamos verano tras verano. El ingrediente principal de la sangría es el vino; un buen vino, generalmente tinto, aunque hay sangría de vino blanco. Por supuesto, a día de hoy se pueden encontrar otras recetas, en las que el ingrediente principal es el cava, entre otros, pero hoy vamos a hablar de la sangría tradicional española.

Para preparar una sangría tradicional con vino, necesitarás…

  • Por supuesto, una botella de vino. Nosotros te recomendamos usar Barón de Turís Joven o Castillo de Turís.
  • Gaseosa, aproximadamente una lata (33cl), opcionalmente puedes usar un refresco de naranja o de limón.
  • Zumo de limón, o de naranja con un chorrito de limón, añadiendo rodajas de estas frutas.
  • 2 melocotones y 1 manzana, pelados y cortados en trozos medianos.
  • Media rama de canela.
  • 2 cucharadas soperas de azúcar.
  • Mucho hielo.

Necesitarás una buena jarra en la que quepan todos los ingredientes. Después de verter el vino en la jarra, se le irán incorporando los ingredientes poco a poco, comenzando con el zumo de cítricos y, la gaseosa o refresco.

Luego se añade el azúcar, y se remueve hasta que este quede bien disuelto. Hay que evitar que el azúcar se quede posada en el fondo por lo que se suele servir con una cuchara de palo dentro de la jarra que nos sirve para evitar que caiga la fruta y que además nos viene bien para remover de vez en cuando.

Por último se añaden los ingredientes sólidos:  la rama de canela y los trozos de fruta.

La clave para una buena sangría tradicional es la paciencia.

Una vez que tenemos la mezcla hecha hay que esperar como mínimo 2 horas para que la fruta macere bien con el vino y “ceda” sus aromas a esta deliciosa bebida. Muchos aconsejan dejar la sangría un día entero reposando, pero está el riesgo de que la fruta fermente. Durante este tiempo de “reposo” la sangría toma ese sabor tan especial que es la mezcla de sabores afrutados y dulces con la potencia del vino tinto.

A la hora de servirla, lo mejor es poner varios hielos en la jarra y volver a remover bien para consumirla muy fría. De esta manera, se consigue una bebida deliciosa y muy refrescante.

La sangría nació en el sur de España alrededor del 1800. Aunque el origen no está del todo claro, el lugar sí que está señalizado y forma parte de la cultura ibérica, pues también está presente en Portugal. Hasta el punto que la legislación europea solo permite llamar sangría a la sangría producida en España o Portugal. Si quieres saber más sobre su origen, te recomendamos este artículo de La Vanguardia.

Una magnífica bebida con la que refrescarnos los calurosos días de verano que están a punto de llegar.