Tradicionalmente, el conjunto de labores que en la actualidad atribuimos al enólogo fueron desempeñadas por otro tipo de profesionales con algún tipo de formación técnica: químicos, biólogos, ingenieros agrónomos, farmacéuticos; o directamente por otras figuras dentro de la bodega e incluso por los propios bodegueros. Pero con el paso del tiempo, la perfección y refinamiento que ha alcanzado todo el proceso vitivinícola han propiciado la aparición del enólogo como un perfil específico y eminentemente técnico.

El enólogo profesional debe conocer y dominar una serie de materias técnicas que recorren de forma transversal todo el proceso de elaboración del vino: conocimientos agrícolas, bioquímica, química orgánica, Hsica, matemáticas, genética, conocimientos en economía y sobre la comercialización del producto, aspectos legales del sector, etc. Todo ello, con el fin de tomar las correctas decisiones durante el ejercicio de sus funciones dentro y fuera de la bodega. Unas decisiones que afectarán directamente a la calidad y características finales del vino.

Las funciones del enólogo son variadas y se reparten a lo largo de todo el proceso de elaboración del vino: desde el cultivo de las uvas que servirán como materia prima, hasta la supervisión del embotellamiento, conservación y comercialización de los vinos.

Si quieres conocer un poco más de cerca la figura de enólogo dentro de nuestra bodega, te invitamos a que leas el siguiente artículo:

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